Uno de los grandes desafíos educativos de Chile es el aprendizaje de la matemática. El país logró aumentar los niveles de aprendizaje en lenguaje de acuerdo a las Pruebas PISA entre los años 2000 y 2009. Sin embargo, los puntajes en matemática siguen estancados. Este fenómeno, que no es exclusivo de Chile, encarna una de las tareas pendientes más difíciles de abordar en el sistema escolar.
El método Singapur es mundialmente famoso por tratarse de una forma de enseñanza de la matemática que ha dado extraordinarios resultados en aquel país, y que se aplica en cerca de 50 países. Este método se caracteriza por su concepción de la matemática y por un método específico de enseñanza.
La matemática, en el método Singapur, se concibe inicialmente como una herramienta para resolver problemas, más que como una materia abstracta que consiste en memorizar las leyes, teoremas y fórmulas asociadas a distintas propiedades matemáticas. Por lo tanto, en esta perspectiva es importante la matemática como una habilidad al servicio de las personas para resolver problemas.
Esto no quiere decir que se desdeñe lo abstracto, sino que se apuesta por una forma de enseñanza que les haga sentido a los niños, para que vean a la matemática de forma cercana y vinculada con su mundo. Esta aproximación permite abrir la puerta de la motivación, que es determinante para que se genere cualquier aprendizaje de manera profunda.
La forma de enseñanza en el método Singapur se basa en dos elementos clave: a) la estructura de la enseñanza, y, b) el currículum. La enseñanza de la matemática se basa en el método inductivo y tiene tres grandes pasos. En primer lugar, la enseñanza da inicio por lo concreto, con la utilización de materiales y ejercicios que permiten a los estudiantes familiarizarse con los conceptos matemáticos desde la vida cotidiana. Es decir, se parte de un problema o situación de la vida real sin introducir formalidades propias de la disciplina.
En segundo lugar, se fomenta la representación visual del problema. Así, en dibujos, gráficos, matrices u otra forma de representación los estudiantes organizan los datos conocidos (y desconocidos) que atañen al problema. De esta manera pueden tener una visión organizada y analítica de la situación que están estudiando y que han construido desde lo concreto. Finalmente, se pasa de una representación gráfica a una abstracta de tipo matemático con signos y símbolos propios de la disciplina.
El currículum en el método Singapur tiene una concepción en espiral. En ella existen variadas oportunidades de aprender un contenido o desarrollar una habilidad, pero no repitiendo lo mismo, sino teniendo reiteradas ocasiones de resolver problemas que involucren contenidos o habilidades similares. Asimismo, en cada giro del espiral curricular se añaden nuevos elementos que apuntan a la sofisticación de las habilidades y profundización de los contenidos.
¿Puede el método Singapur ayudar a Chile a mejorar el aprendizaje de los estudiantes en matemática?, ¿serán los principios pedagógicos detrás de este método válidos y aplicables en nuestro contexto?
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